
El investigador principal, Álvaro Luna, en el lugar del hallazgo. Sevilla
Hallan una nueva especie animal en un acueducto de Sevilla: "La vida se adapta donde menos lo esperamos"
Se encontraron entre 150 y 200 ejemplares. Solo viven en el hábitat de la mina de agua de San Antón de Carmona.
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El investigador de la Universidad Europea, Álvaro Luna, ha descubierto una nueva especie animal en un acueducto de Sevilla. Se trata de un crustáceo isópodo. Es una pequeña cochinilla terrestre bautizada como 'Baeticoniscus carmonaensis'. Estaba en la mina de agua de San Antón de Carmona.
"Descubrir una especie totalmente nueva en el corazón de una obra romana nos recuerda que la vida se adapta y florece donde menos lo esperamos", ha dicho el profesor tras el hallazgo.
A su juicio, el descubrimiento "abre una ventana inédita a la biodiversidad que prospera en infraestructuras históricas subterráneas".
El hallazgo de esta nueva especie tiene una particularidad. Y es que este isópodo terrestre vive exclusivamente en dicho acueducto subterráneo. Fue construido por los romanos dos milenios atrás.
Ha sido fruto de un trabajo conjunto de la Universidad Europea que ha contado con la colaboración de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (AAES) y el taxónomo de la Universidad Autónoma de Madrid, Julio Cifuentes.
Esta nueva especie de cochinilla abrirá nuevas líneas de investigación. Su estudio "dará pistas sobre cómo evolucionan los ecosistemas subterráneos y cómo salvaguardarlos".
"Solo unos pocos casos en Europa"
El descubrimiento no es nada habitual ni esperable. "Solo se han documentado en unos pocos casos similares en Europa", dice Álvaro Luna. Equipara el hallazgo al de un coleóptero hallado en las mazmorras de un castillo italiano.
Ahora, hay que proteger el hábitat de la nueva cochinilla. "Podría ser dañado si hubiese una gran presión humana", advierte.
Los científicos encontraron al isópodo tras recorrer los 880 metros del acueducto. No fue sencillo, ya que era un laberinto húmedo y sin luz.
La cochinilla estaba en zonas elevadas. Así se protegía de las inundaciones. Estaba entre los trozos de madera podrida que caen desde los antiguos pozos de acceso.
Son ejemplares incoloros y que tienen un único y gran ocelo oscuro, el órgano de visión de estas especies. Además disponen de tubérculos y costillas en su caparazón. Son los rasgos que lo diferencian de su pariente más cercano. El B.bullonorum, que se encontró en 2020 en una cueva malagueña.
Amenazas potenciales
Los investigadores analizaron hasta 35 ejemplares. Se concluyó que el macho mide 2,5 milimetros, pero la hembra es mayor, de hasta 2,7 milímetros. Se estima que hay entre 150-200 unidades vivas.
Pese a la capacidad de supervivencia demostrada, la especie se enfrenta a amenazas potenciales como la contaminación, derrumbes o los cambios bruscos en sistemas subterráneos, indican los investigadores.
Ahora, revisarán otras galerías romanas y minas históricas del sur peninsular. "Cada prospección puede revelar estrategias de supervivencia únicas y ayudarnos a diseñar mejores planes de conservación", señala Álvaro Luna, el investigador principal del proyecto.