
Nick Norwitz, experto en salud metabólica.
Norwitz, el experto de Harvard que ha comido 720 huevos en un mes y ha bajado el colesterol: "La clave son los carbohidratos"
Se trató tanto de un experimento con su propio metabolismo como de un reto viral para ilustrar cómo funciona el metabolismo de los lípidos.
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A sus 28 años, el currículum académico de Nick Norwitz es envidiable: completó su doctorado en neurometabolismo por la Universidad de Oxford para ingresar a continuación en la de Harvard para estudiar Medicina. Pese a su juventud, sin embargo, su vida ha estado marcada por los problemas metabólicos.
Como relataba él mismo, sufrió trastornos intestinales inflamatorios que degeneraron en una grave colitis ulcerosa. Su recuperación llegó de la mano de una dieta cetogénica, rica en grasas saludables y baja en hidratos de carbono, especialmente los refinados.
Esta necesidad de adoptar patrones dietéticos restrictivos, unida a sus estudios sobre salud metabólica, le inspiró en verano de 2024 para realizar un experimento consigo mismo. Consistiría en ingerir un huevo cada hora durante todo un mes, lo que implicó tomar 720 huevos enteros en 30 días, -cocinados de múltiples formas- y observar cómo afectaba a sus niveles de colesterol.
"Mi hipótesis es que esta ingesta de 133,000 mg de colesterol alimentario no iba a aumentarlos, especialmente en el caso del LDL ('Low Density Lipoprotein')". El LDL es el denominado 'colesterol malo', en contraposición al HDL (High Density Lipoprotein), porque el primero contribuye a la acumulación de placas de grasa arterial que elevan el riesgo de aterosclerosis, mientras que el segundo ayuda a retirarlas.
Sin embargo, especialistas como el doctor Marty Makary de la Johns Hopkins School of Medicine han argumentado que la relación entre las grasas alimentarias y los problemas cardiovasculares ha sido magnificada sin evidencias suficientes. Otros alimentos como los carbohidratos refinados, con efecto inflamatorio, supondrían un peligro mayor.
El propio Makary se confesaba "muy contento" con el experimento de Norwitz, por su viralidad entre otros motivos. El propio protagonista explicaba que había decidido plantearlo como un reto viral, acompañado de no pocos juegos de palabras -lo llamó el eggsperiment o huevxperimento- para conseguir el máximo de atención. "Los mensajes más extremos tienden a tener más eco en redes sociales", reflexionaba, y en este caso serviría para demostrar las paradojas del colesterol alimentario.
El desglose de los resultados, no obstante, tiene que entenderse dentro del régimen alimentario muy controlado que sigue Norwitz. Durante las dos primeras semanas de su dieta 'huevocéntrica', su colesterol LDL no aumentó y de hecho se redujo un 2%. Pero durante la segunda quincena, se desplomó un 18%. Esto coincidió con la introducción de carbohidratos saludables en su dieta, procedentes de frutas como arándanos, fresas y plátanos.
Norwitz partía de lo que define como un 'fenotipo de masa magra': su alimentación cetogénica, mediante la que el organismo obtiene la energía de moléculas de grasa -cuerpos cetónicos- en lugar del azúcar, unida a sus hábitos de ejercicio físico, hacen que tenga una muy baja proporción de grasa corporal y una elevada sensibilidad a la insulina. En individuos así, la introducción de carbohidratos tiene un efecto de reducción del colesterol LDL: en otro vídeo viral, el experto conseguía efectos superiores a las estatinas tomando galletas Oreo.
El metabolismo de las grasas explica esta paradoja, prosigue. Una alimentación baja en carbohidratos hará que el hígado deje de almacenarlos como fuente de energía y se pase a metabolizar grasas, desplazando moléculas lipídicas por todo el organismo que son precursoras de la tríada del colesterol: LDL, HDL y triglicéridos.
Al reintroducir los hidratos de carbono, el hígado de una persona magra repone sus reservas de glucógeno y reorganiza su sistema energético, reduciendo el LDL. "Y esto funciona tanto con un plátano como una Oreo", ilustra. ¿Cómo se relaciona esto con el 'huexperimento'? Aunque Norwitz tomaba 5.000 miligramos de colesterol alimentario diario, su cuerpo mantenía la 'homeóstasis' o el equilibrio.
"Los estudios más recientes han descubierto que al consumir alimentos con colesterol, este se une a receptores celulares que estimulan la producción de la hormona colesina. Esta se une a la vez con un receptor en el hígado llamado GPR146 que inhibe la síntesis del colesterol endógeno. "Las cosas se equilibran".
Estos dos factores explicarían por qué el especialista mantuvo su colesterol estable en la primera parte del experimento y logró reducirla en la segunda añadiendo carbohidratos. "Incluso una pequeña dosis de hidratos conseguía imponerse a la locura de colesterol que estaba tomando", manifiesta.
La conclusión ya es aceptada también en España: un huevo diario puede formar parte de una dieta equilibrada siempre que no suframos trastornos metabólicos como la diabetes, caracterizada por la pérdida de la sensibilidad a la insulina.