
Una mujer con apnea obstructiva del sueño utiliza una máquina para mitigarla.
Los médicos alertan sobre el aumento de la apnea del sueño por el cambio climático: "Vamos a ser el 'Homo Amneicus'"
Casi mil millones de personas en el mundo padecen este problema, que aumenta el riesgo de sufrir eventos como un infarto o un ictus.
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La sombra del cambio climático planea cada vez más cerca de la humanidad y, con ella, sus consecuencias. Entre ellas, los expertos llevan años avisando de los riesgos para la salud que supone en todos los aspectos, lo que incluye los trastornos del sueño.
Un grupo de científicos ha descubierto que el aumento de las temperaturas provocado por este fenómeno puede aumentar hasta las posibilidades de sufrir apnea obstructiva del sueño (AOS) hasta un 45% para finales de siglo. El estudio se ha publicado esta semana en la revista Nature Communications.
No han sido los únicos en verlo. Se espera que la prevalencia de AOS casi se triplique en el futuro, informa Carlos Egea, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES). "Nos vamos a convertir en el Homo Amneicus".
Los pacientes con apnea obstructiva del sueño dejan de respirar y vuelven a hacerlo repetidamente mientras duermen. Se experimenta de forma intermitente durante la y ocurre porque los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias.
No hay una relación entre el calor y la AOS como tal, cuenta Egea. Sí que la hay entre las altas temperaturas y la calidad del sueño. Además de las condiciones lumínicas, para iniciarlo es necesario que baje la temperatura corporal y, para despertarse, que suba.
"Si hace mucho calor, como estos días, tenemos más dificultad para quedarnos dormidos", agrega el presidente de la FESMES. No solo lo complica, sino que facilita el despertar durante la noche.
Por lo tanto, en ese contexto, las personas aumentan su tiempo de sueño superficial o ligero, que favorece la inestabilidad respiratoria y es "el ambiente más propicio para sufrir apnea", señala.
Ante este crecimiento de las posibilidades de sufrir episodios de AOS no hay que pensar solo en nuevos casos. También hay que tener en cuenta que los pacientes que ya la sufren pueden empeorar, advierte.
Aumenta la carga a causa de la enfermedad
Este mayor riesgo no llega solo, lo hace acompañado de mayores cargas económicas y de salud en todo el mundo. En 2023, su prevalencia supuso una pérdida de 788.198 años de vida saludable y una pérdida de productividad de aproximadamente 105 millones de días.
Se espera que en el año 2100 la temperatura del planeta haya crecido entre 2,1 y 3,4 grados centígrados, si no cambia el contexto. De ocurrir así, el aumento en la prevalencia de AOS por este crecimiento del calor puede duplicar la carga general de la enfermedad.
Ante un escenario así, "la inversión para limitar el calentamiento global sería una estrategia rentable para prevenir el deterioro del sueño relacionado con el clima y sus consecuencias", sugiere el estudio publicado en Nature Communications.
Los investigadores comentan en el texto que los resultados variaron según la región: en Europa se experimentaron tasas más altas de AOS cuando las temperaturas suben que en Australia y Estados Unidos. Algo que puede deberse a distintas tasas de uso del aire acondicionado, teorizan.
Los riesgos de vivir con apnea obstructiva del sueño
En el mundo ya hay casi mil millones de personas con este problema, indican los autores del estudio. Solo en España, se calcula que lo padece el 25% de la población, pero solo el 8% recibe tratamiento, cuenta Egea.
Se sabe que la apnea del sueño se correlaciona con un riesgo de casi el doble de sufrir un infarto o un ictus. Además, las bajadas y subidas en el oxígeno que causa la AOS provocan estrés celular, asociado con mayores probabilidades de sufrir cáncer.
Asimismo, esta patología conlleva riesgos en otros aspectos de la vida diaria. Cuando la respiración se para, el paciente tiene que despertarse para recuperarla. Esa fragmentación del sueño reduce las horas de descanso, dice Egea. Esto provoca somnolencia diurna y multiplica los accidentes laborales y de tráfico.
El sueño causa el 9% de los accidentes de tráfico con víctimas, indica. En el 10% de los que son mortales, el conductor se había dormido. "Estamos ante un verdadero problema", lamenta el presidente de la FESMES.
El abordaje de la AOS
La AOS cuenta, actualmente, con tres opciones de abordaje. El tratamiento más eficaz es el uso de una máquina durante la noche que mete aire a presión y evita que se colapse la garganta, ilustra Egea.
Otra opción, continúa el experto, son los dispositivos de avance mandibular, recomendados de forma común por los odontólogos y que han contribuido bastante a tratar este problema. Ayudan a mantener las vías respiratorias superiores abiertas, facilitando la respiración y reduciendo los episodios de obstrucción.
Por último, recientemente se ha comenzado a usar una app aprobada por el Ministerio de Sanidad para realizar ejercicios de la musculatura maxilofacial para aumentar su fuerza y reducir los problemas causados por la patología.
El presidente de FESMES celebra la publicación de investigaciones como esta, que son la única manera de avanzar. Cuantos más datos existan de los trastornos del sueño, más se podrá ayudar a los ciudadanos, dice. "Cada vez que dormimos, ganamos años".