
Vista de Pontedeume y de su receta más emblemática iStock
El pueblo gallego con playas y bosques de ensueño donde comer una empanada medieval que no se hace en otros sitios
Es una empanada de varios pisos que se prepara desde la Edad Media.
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Viajando de A Coruña a Ferrol por la AC-133, unos 20 km antes de llegar al destino, uno se encuentra con uno de los pueblos más animados de la costa de la provincia coruñesa, Pontedeume.
Es esta una villa situada en la comarca del Eume y bañada por la ría que lleva su nombre. Destaca por su encanto marinero y su puente de piedra medieval, magníficamente conservado, que es el origen del topónimo de la localidad.
Su casco antiguo conserva un trazado de callejuelas estrechas y empedradas, con soportales y edificios históricos como la Torre de los Andrade, símbolo de la villa y vestigio del poder feudal de esta influyente familia durante la Edad Media.
Muy cerca se encuentran también el Convento de San Agustín y la iglesia de Santiago, de gran valor patrimonial, que pueden visitarse mientras se disfruta de un agradable paseo por sus animadas calles y plazas como la de la Angustia o la del Pan.
Los alrededores ofrecen naturaleza exuberante, especialmente el Parque Natural das Fragas do Eume, un bosque atlántico de ribera casi virgen que presume de ser el mejor conservado de su tipo en Europa.
Con rutas de senderismo y paisajes de cuento, su biodiversidad lo convierte en uno de los entornos naturales más valiosos de Galicia. Entre sus árboles se conservan los monasterios medievales de Monfero y Caaveiro.
Las playas cercanas, como la de Cabanas, en la otra margen de la ría, permiten disfrutar de mar y monte en una misma jornada en un entorno que invita al descanso, pero también a la práctica de deportes acuáticos y actividades al aire libre.
La joya gastronómica de Pontedeume
Siendo un pueblo de costa, en Pontedeume los productos del mar son grandes protagonistas de su cocina, pero si por algo es famoso es por la costrada, un verdadero tesoro gastronómico tan delicioso como único.
La costrada es un tipo de empanada que se compone de varias capas alternas de masa y relleno, que pueden ser de carnes (lomo, jamón, pollo, cebolla y pimiento) o, en variantes más recientes, de pescados y mariscos.
Cada piso se separa por una lámina de masa, y el conjunto se hornea lentamente durante unas dos horas para lograr una textura crujiente por fuera y muy jugosa en el interior.
La receta original, que llegó a la zona a través de los monjes agustinos del Monasterio de Caaveiro en el siglo XII, se ha transmitido de generación en generación. Era un plato reservado para ocasiones especiales y familias pudientes.
Hoy en día es un manjar para días de fiesta que apenas se elabora fuera de algunos obradores familiares gracias a cuyo esfuerzo pervive la tradición de esta receta tan compleja y especial.
La confitería Obradoiro mantiene viva la receta original de la costrada de Pontedeume a través de un compromiso firme con la tradición familiar y la elaboración artesanal.
Tal como recoge la web de Agroalimentaria do Eume, las hijas de Cristina Dopico, quien recuperó la receta gracias a una monja y la popularizó en la villa, siguen utilizando exactamente el mismo método y los mismos ingredientes que su madre empleaba.
Ellas mismas destacan que su mérito es “seguir la tradición que ella marcó respetando todo tal y como ella lo hacía".
La receta de la masa es un secreto bien guardado, pues no es ni masa de empanada, ni hojaldre, ya que debe ser una masa muy fina, para no resultar pesada, pero consistente para soportar los tres pisos de rellenos que alberga en su interior.
Otras delicias eumesas
Hasta hace unos años, la Tarta de Pontedeume había caído en el olvido, a pesar de su antigüedad y de su carácter singular frente a otras tartas de almendra. Existen referencias a ella en La cocina práctica, obra de Picadillo publicada en 1916.
Las actuales propietarias de la confitería Obradoiro conocieron esta tarta como una de las especialidades de su madre. Según relatan, se trataba de una tarta "negra" de gran tamaño, elaborada con cinco docenas de huevos, azúcar y almendra.
Debido a su volumen, requería muchas horas de horneado que la oscurecían mucho. Para facilitar su venta, las artesanas de Obradoiro elaboran una versión más pequeña, sin modificar los ingredientes ni la receta original.
Se trata de una tarta elaborada exclusivamente con yemas de huevo, sin harina, lo que la distingue de la Tarta de Santiago. Como único añadido contemporáneo, se le incorpora el escudo de Pontedeume en la decoración exterior.
Los melindres y almendrados son también dulces emblemáticos de Pontedeume. Están presentes en las celebraciones y forman parte de la identidad gastronómica de esta villa costera.
Otro dulce destacado es la proia, una bolla elaborada con manteca, reconocida por su singular método de preparación que la diferencia de otras versiones similares en Galicia.
También merece mención el manguito, menos conocido pero igualmente tradicional, hecho a base de almendra.