
Pelé en un partido con el NY Cosmos en 1977. Getty
Sí es país para 'soccer': de Pelé a Messi y el Mundial de Clubes, EEUU conquista el fútbol entre protestas contra Donald Trump
La organización del nuevo torneo de la FIFA representa un nuevo intento para que el país norteamericano cumpla su histórico anhelo de abrazar la élite futbolística.
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Estados Unidos posee una gran tradición en deportes como el baloncesto, el béisbol, el atletismo, el tenis, el motor o el fútbol americano. Sin embargo, el que para el resto del mundo es el deporte rey, siempre ha sido secundario en el país norteamericano.
La conquista del fútbol, eterno anhelo para Estados Unidos, ha estado marcada por múltiples intentos frustrados en las últimas décadas a pesar de que varios jugadores legendarios han puesto el broche a sus carreras en la liga estadounidense.
Con Leo Messi como rostro del soccer y la condición de sede del nuevo Mundial de Clubes y la Copa del Mundo de 2026, EEUU cristaliza el último capítulo de una saga que iniciaron pioneros tan ilustres como Pelé, Cruyff o Beckenbauer.
Como sede del nuevo torneo de la FIFA , Estados Unidos será el epicentro del fútbol mundial el próximo mes gracias a la presencia de varios de los principales clubes y jugadores en un escaparate inmejorable.
El gran interrogante recae sobre el que ha sido el histórico problema en la relación del país con el balompié: el interés de una sociedad históricamente atraída por otros deportes.
Por más que el fútbol haya atrapado a cada vez más personas, la FIFA está preocupada por la afluencia a los estadios y la organización se ha visto obligada a rebajar el precio de las entradas dada la escasez de demanda para algunos partidos.

Protestas en Los Ángeles. Reuters
Además, la oleada de protestas contra la política migratoria de Donald Trump que se suceden en varios estados, han complicado la seguridad y la logística del torneo.
Para Trump es esencial vender un relato de éxito en un momento en el que su administración se ve envuelta en una guerra arancelaria, frustrada en sus intentos para frenar la guerra en Ucrania y con la tensión en Oriente Próximo en aumento.
El Mundial de Clubes de 32 equipos es un proyecto nuevo, pero el objetivo de conquistar el fútbol es un deseo histórico para Estados Unidos.

Pelé, con la camiseta del New York Cosmos. Redes Sociales
Los pioneros
El crecimiento experimentado por el fútbol estadounidense en los últimos años, sobre todo reflejado por la selección femenina, contrasta con décadas en las que el soccer fue un deporte secundario.
Mientras en Europa ya se contaba con una gran tradición futbolística, la fundación de la North American Soccer League (NASL) tuvo que esperar hasta 1967.
El Mundial organizado por Inglaterra en 1966 inspiró a empresarios y patrocinadores a impulsar una competición en EEUU, en ese momento dominada por la MLB, la ABA y la NFL.

Giorgio Chinaglia, Pelé y Franz Beckenbauer. Redes Sociales
Entre 1968 y 1975, la cifra de asistencia a los estadios era muy baja y los clubes tenían que alquilar estadios de fútbol americano para disputar los partidos. Sin embargo, la emisión de los partidos por televisión fue impulsando el crecimiento de la liga.
En 1975, llega la explosión de Estados Unidos como mercado futbolístico y la NASL se convirtió en el destino dorado para los futbolistas extranjeros que buscasen una última aventura como profesionales.
El poder político y económico se conjuraron para atraer grandes estrellas y, en una operación que contó con la participación del entonces Secretario de Estado Henry Kissinger, el New York Cosmos se hizo con el fichaje de Pelé.

Johan Cruyff, con la camiseta de Los Ángeles Aztecs. Reuters
La llegada del brasileño, ya en la etapa final de su legendaria carrera, cambió por completo el panorama: estadios llenos, patrocinios jugosos y audiencias disparadas.
El Cosmos, entonces regentado por ejecutivos de Warner, logró atraer a otras leyendas del fútbol en los próximos años como Franz Beckenbauer, Carlos Alberto o Johan Neeskens.
En paralelo, otras leyendas del fútbol europeo comenzaron a cruzar el charco. Eusébio firmó por Boston Minutemen, George Best y Johan Cruyff por Los Ángeles Aztecs y Gerd Müller recaló en los Fort Lauderdale Strikers.

El cantante Elton John, junto a George Best. Redes Sociales
Los elevados salarios de los jugadores extranjeros y la falta de conexión entre los clubes y los aficionados fueron convirtiendo la liga en un producto endeudado e insostenible por la falta de audiencias. En 1985, la NASL echó el cierre.
MLS: de Beckham a Messi
Unos años más tarde, la Federación de Fútbol de EEUU y la FIFA cerraron un trato: si se concedía la organización del Mundial de 1994 al país norteamericano, se impulsaría una nueva liga profesional.
Dicho y hecho: unos meses antes de que se disputase la Copa del Mundo, nació la actual Major League Soccer (MLS).
Imitando a otras competiciones como la NBA, la MLS estableció un sistema de competición basado en dos conferencias (Este y Oeste), una temporada regular y unos Playoffs.
Tras unos años de éxito moderado, se repitió la fórmula de la NASL. Atraer jugadores veteranos y mediáticos era la mejor forma de que el público consumiese el producto.
El fichaje de David Beckham por Los Ángeles Galaxy en 2007 fue el primer pelotazo que impulsó la llegada de otras estrellas mundiales como Thierry Henry, Zlatan Ibrahimovic, Raúl, David Villa o Wayne Rooney.

Zlatan Ibrahimovic con Los Angeles Galaxy. Foto: Twitter (@MLS) Redes Sociales
La última pieza en el puzle llegó en 2023 con la llegada del que, para muchos, es el mejor futbolista de la historia: Leo Messi. Poco después, Jordi Alba, Sergio Busquets y Luis Suárez se unieron al proyecto.
El poder simbólico de Messi, la organización del primer Mundial de Clubes en su nuevo formato de 32 equipos y ser una de las sedes del Mundial de 2026 (junto a México y Canadá), representan el último intento por asaltar el soccer.
Sin embargo, por más estrellas que lleguen a la MLS, el gran obstáculo seguirá siendo el mismo de siempre: la capacidad para atraer a un público para el que el fútbol no es, ni de lejos, el deporte rey.

Leo Messi celebra con Luis Suárez su tercer gol en la victoria ante Olimpia. Redes Sociales
Entradas
La FIFA ha implementado precios dinámicos que varían según la demanda para los encuentros del Mundial de Clubes que comienza este sábado.
En una rebaja del más del 80% sobre su precio, las entradas más baratas han bajado de 306 euros a 50, mientras las más exclusivas han pasado de 525 euros a 125.
En partidos con la presencia de clubes históricos como el Real Madrid, Boca Juniors o el Bayern de Múnich, el interés es el habitual, pero con los clubes más modestos, la venta de entradas ha sido muy escasa.
En un momento en el que el gran interrogante radica en hasta qué punto los principales clubes van a dar importancia al torneo (más allá de sus suculentos premios económicos), la FIFA necesita evitar que los estadios estén vacíos y con un ambiente frío.
La FIFA repartirá 900 millones entre todos los equipos, con un botín de más de 110 millones solo para el equipo campeón, por lo que el éxito comercial del torneo es clave para que se repita este formato en el futuro.