Carlos Alcaraz se cuela en su segunda final de Roland Garros tras vencer a un Lorenzo Musetti obligado a retirarse

Carlos Alcaraz jugará su segunda final de Roland Garros tras imponerse en semifinales ante el italiano Lorenzo Musetti, que se vio obligado a abandonar en el cuarto set por problemas en su pierna izquierda.

Musetti jugó dos sets a gran nivel ante un errático Alcaraz, pero se vino abajo física y mentalmente en la parte final y acabó retirándose en un triste desenlace para un bonito partido (4-6, 7-6, 6-0, 2-0).

El murciano se verá las caras contra el ganador del estelar duelo de esta noche entre Novak Djokovic y Jannik Sinner.

El primer set estuvo marcado por la igualdad máxima. Ninguno de los dos tenistas lograba romper a su rival y todo apuntaba al tie-break.

Desde la banda, Juan Carlos Ferrero instaba a su pupilo a que le metiese "kilómetros" a su rival. Alcaraz intentaba poner un ritmo frenético, más propio de la hierba que de la arcilla, pero su rival nunca le permitió sentirse cómodo.

Ya sea por los nervios propios de una semifinal como por el gran nivel de Musetti, lo cierto es que Alcaraz no logró encontrar su juego en ningún momento e hizo gala de su habitual irregularidad.

Alternando puntos magistrales con errores impropios, el set se plantó en su fase decisiva con 5-4 para Musetti y servicio para Alcaraz.

Nadie había roto a su rival hasta entonces, pero en el momento más doloroso, el italiano estuvo más listo.

Comenzó el juego decisivo con 0-30 a favor y, cuando parecía llegar la reacción de Alcaraz, el murciano encadenó dos errores no forzados que pusieron en bandeja de plata el set para Musetti.

Musetti celebra su contrabreak ante Alcaraz. Reuters Reuters

El segundo set no cambió de guion en líneas generales, aunque en esta ocasión sí que se produjo un festival de roturas de servicio.

Parecía confuso y bajo de confianza Alcaraz con el 1-1 en el marcador y el recuerdo del primer set en la retina cuando logró romper el primer servicio del partido.

Pero justo en el siguiente juego, Musetti respondió con un contrabreak que le puso la confianza por las nubes.

Musetti, durante su partido de semifinales contra Alcaraz. Reuters Reuters

La grada vibraba con el gran nivel del italiano y este se crecía, ofreciendo un juego agresivo, elegantes reveses a una mano y potentes derechas ganadoras.

Alcaraz hizo gala de la madurez que está exhibiendo en este Roland Garros y logró mantenerse con vida cuando peores sensaciones acumulaba.

Con 5-5 en el marcador, volvió a romper a su rival y se le presentaba una oportunidad de oro para empatar el partido desde el servicio.

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Sin embargo, otra vez Musetti apareció con un contrabreak que parecía desesperar a Alcaraz. Eran casi ya dos horas de partido y el riesgo de ponerse dos sets abajo era real.

Donde en otras ocasiones el murciano se hubiera venido abajo, esta vez supo serenarse y compareció a un nivel extraordinario en el (7-3) para empatar el partido y sacudirse los nervios.

El cruel desenlace del segundo set rompió mentalmente al italiano. Realizar un tenis casi perfecto para acabar perdiendo la manga no es fácil para nadie, y ahí, Alcaraz olió la sangre.

El tercer set no tuvo nada que ver con lo visto en las dos primeras horas de partido. El murciano, ahora sí, pudo encontrar su ritmo y arrasó a su rival por la vía rápida tirando de agresividad.

Alcaraz celebra un punto durante el tie break del segundo set contra Musetti. Reuters Reuters

La confianza del italiano se convirtió en dudas. Y en paralelo, los nervios de Alcaraz se transformaron en certezas: 6-0 para Alcaraz. Incontestable.

Musetti había jugado un gran tenis durante gran parte del partido, pero verse por debajo en el marcador era un castigo duro.

El italiano fue aumentando sus gestos de frustración. Le fallaba la mente y también el físico. Llamó al fisio, miraba al cielo, miraba al suelo y negaba con la cabeza. De repente, nada salía.

El cuarto set iba por el mismo camino que el tercero (2-0 para Alcaraz) cuando el italiano ha decidido retirarse por sus problemas en la pierna izquierda.

Alcaraz aplaudió a su rival en un gesto elegante y reconoció ante la prensa que lamentaba clasificarse a la final por la lesión de Musetti. La victoria tuvo un triste desenlace, pero arroja datos históricos para el español.

Con su clasificación para la final del domingo, el murciano (22 años) se convierte en el segundo tenista español con más presencia en finales de Grand Slam (cinco), solo por detrás de Rafa Nadal.

Su rival será el ganador del espectacular enfrentamiento de esta tarde entre Novak Djokovic y Jannik Sinner, todo un duelo generacional.