
La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner saludó el lunes desde el balcón de su casa a algunos de sus seguidores. Reuters
Cristina Kirchner cumplirá la condena a seis años de prisión en su casa de Buenos Aires con una tobillera electrónica
El adelanto de la decisión judicial busca enfriar la tensión política y el creciente activismo de los 'kirchneristas' que defienden que se trata de una persecución política.
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Argentina ingresó este martes en una nueva era política al quedar detenida Cristina Fernández, viuda de Kirchner, ‘mujer fuerte’ del país y principal opositora al Gobierno del ultra Javier Milei, que no podrá presentarse de candidata a las elecciones del próximo octubre.
Quien fuera dos veces presidenta argentina (2007-2015), y una vez vicepresidenta (2019-2023), fue notificada vía zoom de que no ingresa a prisión y sí recibe el beneficio de la detención domiciliaria en su piso, que ella había solicitado, pero con tobillera electrónica.
Así lo resolvió el Tribunal Oral Federal 2, que tras un largo proceso la condenó a seis años de prisión, por el delito de “administración fraudulenta” cometido durante sus presidencias y, a la vez, la inhabilitó para ocupar cargos públicos de por vida.
Todo estaba previsto para el miércoles 18. Pero el Gobierno de Milei presionó al tribunal, según la prensa argentina, para que adelantase la decisión a este martes a través de una comunicación digital y exima a Fernández de Kirchner de personarse en los juzgados.
Allí debía cumplir con los trámites de registro y acceso al sistema penitenciario, incluida la toma de huellas dactilares, como cualquier reo. Además, sería notificada sobre si le daban la detención domiciliaria, lo cual finalmente ocurrió por contar con 72 años.
El adelanto buscaba enfriar la tensión política y mediática en torno al tema, que tenía en alerta a toda Argentina. Además, intentó frenar el creciente activismo de los 'kirchneristas' que planeaban una suerte de peregrinación política a lo largo del llamado ‘camino de Cristina’.
Miles de ‘cristinistas’ iban a acompañarla andando a pie unos cinco kilómetros, desde su piso en el barrio Constitución de Buenos Aires hasta los juzgados. “Argentina con Cristina” era la consigna de la marcha, que igualmente se hará este miércoles pero ya sin su participación.
Para sus fans la condena representa una proscripción política, dado que Fernández planeaba presentarse de candidata a diputada en las elecciones parlamentarias de octubre próximo y, según encuestas, habría cosechado más de 40% de votos. Pero ya no podrá hacerlo en esa fecha ni nunca jamás.
Una historia del peronismo
La idea de la proscripción y la lucha popular pivota sobre hechos históricos del peronismo. El 17 de octubre de 1945, el entonces coronel Juan Perón fue detenido por otros militares, pero una multitud ocupó la plaza de Mayo y consiguió que lo liberaran.
Luego Perón ganó las elecciones y gobernó el país hasta 1955 cuando fue derrocado por un sangriento golpe de Estado y debió marcharse al exilio. Pasó 18 años en el destierro, una parte en Puerta de Hierro, Madrid, hasta que en 1973 regresó al país y fue elegido presidente con 62% de votos.
Apalancada en esa historia asoma una nueva idea fuerza en la comunicación del peronismo con pretensiones épicas: “Libertad a Cristina”, como si se tratara de una detenida injustamente por motivos políticos en vez de una condenada por corrupción.
El piso de la ex mandataria se había convertido en una suerte de ‘santuario’ político. Todos los días millares de ‘cristinistas’ se acercaban a la calle San José 1111 a vivar y aclamar a su líder. Ella salía al balcón cada dos o tres horas, saludaba sonriente agitando su mano y bailaba.
Condiciones del arresto domiciliario
Sin embargo, ahora el tribunal endureció las condiciones para que permanezca en su casa. Entre otras exigencias, Kirchner “deberá abstenerse” de “perturbar la tranquilidad del vecindario” así como “alterar la convivencia pacífica”.
Es decir que, en principio, no podrá continuar asomándose al balcón como venía haciendo y perdería el contacto directo con sus fans. En cuanto a las visitas, deberá elaborar una lista de familiares y escoltas autorizados a ingresar al piso.
También está obligada a “permanecer en el domicilio fijado”, o sea que no podrá dar paseos. Y si necesitara dejar su vivienda y salir a la calle será solamente por “situaciones excepciones” y siempre “con autorización previa del tribunal”.
Cada tres meses, inspectores de Justicia visitarán sin previo aviso el piso y comprobarán si se cumplen las condiciones del arresto. En caso de que llegaran a observar desobediencias, el tribunal podría revocar la detención domiciliaria y enviarla a prisión.
Fernández fue condenada porque en sus mandatos se otorgaron obras públicas en la provincia de Santa Cruz al empresario Lázaro Báez, amigo suyo y de su fallecido marido Néstor Kirchner, que causaron pérdidas millonarias al fisco. En el juicio, ella alegó que no sabía de esas concesiones y responsabilizó a ministros y secretarios.
La condena polariza aún más a Argentina, dividida entre ‘cristinistas’ y 'anticristinistas', o 'antiperonistas'. Según una encuesta de la consultora Zubán Córdoba, el 53% de la gente cree que es culpable y el 47%, en cambio, que la Justicia no fue imparcial.
No obstante ello, el sondeo diferencia por capas etarias y establece que son los más jóvenes quienes rechazan de plano a la expresidenta. El 70% de los jóvenes menores de 30 años están convencidos de que se hizo justicia contra sólo el 30% que la defiende.
La juventud es la base electoral más firme que ha venido teniendo Milei. Ahora que la vida política de su principal opositora yace en la sombra y no se perfilan sucesores nítidos, el presidente argentino se esperanza de cara a las próximas elecciones, en octubre.