Miembros de la Guardia Nacional, ayer, en Los Ángeles.

Miembros de la Guardia Nacional, ayer, en Los Ángeles. Leah Millis Reuters

EEUU

Trump mantendrá el despliegue de militares en California "hasta que no haya peligro" para tapar el fuego cruzado con Musk

El pulso entre el presidente y el gobernador de California reaviva la guerra política del país y lleva a un segundo plano las últimas crisis de la Casa Blanca.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha anunciado un toque de queda que estará vigente desde las 20:00 h del martes hasta las 6:00 h del miércoles.

Más información: Trump retuerce la ley para desplegar a 4.000 militares que ni siquiera pueden arrestar a los manifestantes de Los Ángeles

Nueva York
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Donald Trump ha recuperado el control gracias al caos. La explosiva combinación de protestas, disturbios y despliegue de tropas en Los Ángeles ha logrado redirigir la atención en Estados Unidos hacia los dos asuntos que beneficiaron al presidente republicano en las elecciones: inmigración y seguridad.

Y han dejado en un conveniente segundo plano los temas que estaban erosionando la imagen de su Administración, como la imprecisa política arancelaria, la división en el Congreso por su criticada reforma fiscal y la sonora ruptura de su alianza con Elon Musk.

Prueba de ello es que en la tarde del miércoles, los programas informativos de todo el país se olvidaron de todos esos asuntos y arrancaron su emisión con imágenes de las protestas contra las redadas migratorias que comenzaron este fin de semana en Los Ángeles.

Y, tras la enorme atención recibida lo largo del lunes y el martes, ya se han replicado en otras ciudades como San Francisco, Chicago, Nueva York, Dallas y Atlanta.

"Si no hubiera enviado las tropas a Los Ángeles en las últimas tres noches, esa ciudad que una vez fue hermosa y destacada estaría ardiendo hasta los cimientos en este momento, igual que ya pasó con las 25.000 casas quemadas en Los Ángeles por culpa de un gobernador y una alcaldesa incompetentes", publicó Trump en la mañana del martes, haciendo referencia a los incendios que el pasado enero destrozaron barrios enteros de la ciudad californiana.

El mandatario, que ha afirmado que los disturbios buscan "prolongar la invasión extranjera", ha escrito más de una veintena de mensajes sobre California en su red social Truth desde que el sábado, grupos de manifestantes salieran a las calles contra la llegada de agentes del ICE (la Agencia de Control Migratorio de EEUU), desplazados estratégicamente en zonas con elevada población hispana para realizar redadas migratorias.

Su último movimiento ha sido ordenar el despliegue de hasta 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y otros 700 del Cuerpo de Marines para contener una movilización que las autoridades de California han asegurado poder controlar sin apoyo de las tropas federales.

Paralelamente, miembros de la Guardia Nacional de Texas han sido desplegados en San Antonio ante la posibilidad de que esta semana se produzcan protestas en la ciudad, mientras los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU continúan realizando redadas.

El subjefe del Departamento de Policía de San Antonio, Jesse Salame, confirmó el martes por la noche a KSAT que el gobernador Greg Abbott envió a los efectivos a San Antonio.

La oficina de Abbott facilitó a KSAT un comunicado sobre el despliegue, en el que señala que Texas "no tolerará los actos de anarquía que hemos visto en Los Ángeles".

El comunicado completo es el siguiente:

"El Estado de Texas está preparado para desplegar a todo el personal y los recursos necesarios para mantener el orden y la ley en todo nuestro territorio. Los soldados de la Guardia Nacional de Texas se encuentran en alerta en las zonas donde se han planificado manifestaciones masivas, por si fuese necesaria su intervención".

Un pulso interesado

Pero lo que subyace de fondo es el interés de Trump por poner en evidencia a la oposición demócrata que administra California, uno de los territorios más progresistas del país. Y recuperar la exitosa retórica que durante su campaña electoral pugnaba por el "control" de un país a la deriva.

"Al desplegar oleadas de oficiales de la Guardia Nacional y marines en servicio activo en Los Ángeles, está tratando de demostrar que es poderoso y tiene el control, que cualquiera que proteste contra sus políticas pagará un precio. Esta es una estrategia clásica de disuasión: golpear fuerte en un lugar para asustar a los estadounidenses para que se queden en casa", analiza en el New York Times la politóloga Barbara F. Walter, autora de How Civil Wars Start (Cómo empiezan las guerras civiles).

Una lectura que puede contrastarse con las múltiples encuestas elaboradas antes de los comicios del pasado mes de noviembre, y que mostraron que la inmigración y la violencia eran, junto a la economía, los principales asuntos que más preocupaban y movilizaban a los votantes de Trump.

La tormenta perfecta

Sin embargo, en esta ocasión a la conveniencia de Trump se ha sumado el hecho de que el gobernador de California, Gavin Newsom, es uno de los políticos demócratas de mayor perfil, tanteado para tomar el relevo del partido en las próximas primarias.

Así, el dirigente del estado más rico y poblado del país se ha plantado contra la Casa Blanca, y ha presentado una demanda en un juzgado federal contra el despliegue de tropas alegando que el Gobierno vulnera la décima enmienda y no respeta la soberanía del estado de California, contrario a la movilización de efectivos federales: "Es un abuso de poder que intensifica tensiones y distrae de una respuesta local adecuada", ha criticado el gobernador.

Newsom se ha tomado tan en serio su papel como líder de la oposición nacional a Trump que en la noche del miércoles dio un discurso televisado para advertir del "momento de peligro" que vive el país tras la decisión unilateral de desplegar de tropas federales en el estado California.

"California puede ser la primera, pero claramente no terminará aquí. Otros estados son los siguientes. La democracia es la siguiente", dijo en tono grave el gobernador demócrata en un mensaje que escalará aún más su enfrentamiento con la Casa Blanca y en el que sentenció: “El momento que temíamos ha llegado".

Se espera que el tribunal se pronuncie el jueves sobre la pertinencia del despliegue pero eso no ha impedido que la Guardia Nacional haya asistido a los agentes migratorios para continuar con las redadas, según muestran fotografías distribuidas por la agencia migratoria y ha reconocido el secretario de Defensa Pete Hegseth: "Deberíamos ser capaces de hacer cumplir la ley de inmigración en este país".

Además, un juez federal rechazó este martes la solicitud de Newsom de emitir una orden de emergencia que bloquee el despliegue de la Guardia Nacional.

El choque legal ha dado pie a un rifirrafe en el que Newsom ha tomado el papel de líder de la oposición política contra Trump.

Llevan días cruzando mensajes en redes sociales e intervenciones en televisión que no solo critican sus respectivos modos de ejercer la política, sino que incluso discuten sobre una llamada que supuestamente habrían mantenido y sobre la que ninguna parte coincide en detalles tan básicos como el día que ocurrió o su duración.

Musk ha enterrado el hacha de guerra y las filas republicanas, enfrentadas la semana pasada por la reforma fiscal que eleva el gasto público, han vuelto a unirse en torno a Trump.

Los Ángeles, símbolo de la división

Así, los disturbios en Los Ángeles, las imágenes de coches ardiendo y destrozos en puntos localizados de la ciudad son en verdad el escenario de una batalla política en la que se cruzan infinidad de intereses partidistas y personales.

La segunda ciudad más poblada del país simboliza para los republicanos el caos que supone la gestión demócrata: inmigración descontrolada, mendicidad y violencia. Problemas existentes que no evitan que los demócratas cosechen allí rotundas victorias.

Su alcaldesa, Karen Bass, pertenece al ala más progresista del partido y ganó en los últimos comicios frente a otro demócrata moderado, el magnate Rick Carusso, ya que no había contrincante republicano.

"La verdadera solución para esto es que la administración detenga las redadas migratorias", ha dicho la regidora de Los Ángeles, ciudad en la que la mitad de la población es de origen hispano y hay barrios, especialmente en el este de la metrópolis, con un 80% y 90% de habitantes hispanos.

Por el momento, Bass ha anunciado la imposición de un toque de queda en el centro de la ciudad que estará vigente desde las 20:00 h del martes hasta las 6:00 h del miércoles.

Ya durante la pandemia y las protestas del movimiento Black Lives Matter, las protestas derivaron en redadas y Trump fue especialmente duro con la gestión de las mismas, que recordaron a los disturbios que asolaron en los 90 la ciudad californiana, un emblema del progresismo y tolerancia a la inmigración que Trump quiere combatir.