
Samsung Galaxy S25 Edge El Androide Libre
He probado el Samsung Galaxy S25 Edge, un smartphone que asombra por lo delgado que es
La tendencia de 2025 son los móviles ultradelgados y Samsung ya ha traído a España su propuesta, el Samsung Galaxy S25 Edge que hemos analizado.
Más información: Los dos grandes desafíos a los que se enfrentan los nuevos móviles ultradelgados que ya han llegado a España
En el mundo de la electrónica de consumo parece algo obvio que los dispositivos más caros son a la vez los más potentes y con mejores características. En España esto puede parecer una obviedad, pero en otros sectores no siempre es así. En el sector de la automoción, por ejemplo, podemos tener un superdeportivo de precio estratosférico con una potencia increíble pero también encontramos coches muy caros donde lujo es el verdadero valor añadido, aunque no sean los más rápidos del mercado.
Cuando hablamos de teléfonos móviles de más de 1.000 euros de precio, damos por descontado que son terminales que deberían tener todas las prestaciones al máximo de nivel que permite la tecnología actual en el momento de su presentación. Lo que no es normal es ver lanzamientos donde el diseño prime por encima de otras consideraciones. Y, sin embargo, tiene muchísimo sentido.
Pese a que a los más aficionados a la tecnología les llame la atención, hay muchos usuarios que valoran más la estética de un terminal que las prestaciones del mismo siempre que estas últimas sobrepasen cierto nivel. Es decir, prácticamente nadie estaría dispuesto a sacrificar la autonomía de un día de su móvil porque sea excepcionalmente fino o que haga unas fotografías horrorosas con tal de que pese poco. Pero partiendo de la base de que un móvil hace unas fotografías bastante decentes y tiene una autonomía que no llega a ser un problema es donde empezamos a ver diferencias entre los que quieren potenciar esas prestaciones y los que se conforman a cambio de tener un móvil con un diseño que levante miradas.

El Androide Libre
Esta es el público objetivo al que mira Samsung con el lanzamiento del Samsung Galaxy S25 Edge (1.259 euros), un nuevo integrante de su familia de gama alta, que ahora lo apuesta todo a la estética con un grosor increíblemente bajo y un peso que nos recuerda más a los dispositivos de tamaño contenido que un producto que no deja de tener una pantalla de 6,7 pulgadas, es decir, que es grande.
En los últimos meses he estado utilizando como móvil personal, cuando no estaba analizando otro dispositivo, Samsung Galaxy S25 Ultra, por lo que haber dado el salto a S25 Edge se ha antojado un cambio ligero en cuanto a la interfaz, porque usa la misma, en cuanto a la cámara, porque es más parecida de lo que podríamos pensar, pero grande en cuanto a la ergonomía y al uso diario.
Finísimo
Cuando este móvil se anunció, muchos fueron los que pensaron inmediatamente "¿Quién ha pedido esto?". Y es cierto, dentro de los aficionados a la tecnología pocos están dispuestos a sacrificar más autonomía o mejores cámaras, simplemente por tener un terminal más ligero y delgado, pero hay gran público que sí que valora estos apartados, sobre todo, porque igualmente van a cargar su móvil todas las noches y no van a hacer tantas fotografías como para que un zoom óptico sea la clave entre querer usar la cámara y no hacerlo.
La cuestión es que una vez que lo estamos usando, empezamos a ver los beneficios de que Samsung haya apostado por un dispositivo así. Sobre todo viniendo de un Samsung Galaxy S25 Ultra. terminal muchísimo más delgado, con poco más de 160 g en la báscula, y también muy fino, sobre todo, si lo usamos sin funda. Eso sí, somos conscientes de que pocas personas utilizan el móvil de esta manera, aunque en este tipo de dispositivos súper finos, es una lástima aumentar el grosor solo por usar este accesorio. Para intentar incentivar el uso desnudo del móvil Samsung ha apostado por usar un cristal Corning Gorilla Glass Ceramic 2 en la parte delantera y Corning Gorilla Glass Victus 2 en la parte trasera del dispositivo. Y mantiene la resistencia IP68 al polvo y al agua.
Análisis del Samsung Galaxy S25 Edge
En la mano se siente realmente bien, y parece más una maqueta que un dispositivo plenamente usable, ya que nos hemos acostumbrado a que los móviles, aunque no sean tan gruesos, como hace algunos años, sí que tienen una huella en la mano mucho mayor. El menor peso también se nota a la hora de agarrarlo con una presión en las esquinas menor. Con todo, las esquinas redondeadas de este dispositivo hace que sea fácil de usar.
Mucha potencia
Una de las claves de la apuesta de Samsung es que no ha querido penalizar la potencia y el rendimiento de este terminal por el mero hecho de afinar mucho su diseño. Utiliza el mejor procesador del momento, el Snapdragon 8 Elite for Galaxy que llevan el resto de los integrantes de la familia Galaxy S25. Además, usa los mismos 12 GB de memoria RAM y dispone una única versión de memoria interna, con 256 GB.

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Los ingenieros de Samsung han logrado incluso incluir una cámara de refrigeración que controla el calentamiento del móvil, algo que es importante sobre todo por el poco espacio que hay para meter este tipo de elementos. Dicho todo eso, me parece que el perfil de usuario típico de este móvil es el que vaya a estar exprimiendo los mejores juegos de Play Store dado que la autonomía no se ha diseñado para ello.
Donde sí hay un ligero paso hacia atrás es en los altavoces ya que al contar con un menor espacio para poder expandir el sonido este es algo peor que en otros modelos, aunque no llega a ser un problema, simplemente se nota que no es lo que más destaca este dispositivo. De nuevo, el perfil objetivo del comprador de este móvil no es algo que vaya a notar.
Pantalla genial, pero no perfecta
Las pantallas de los móviles de Samsung siguen siendo la referencia en muchos aspectos. Este Samsung Galaxy S25 Edge tiene un panel de 6,7 pulgadas con una resolución 3120 x 1440 px (Quad HD+) y una tasa de refresco de 120 Hz capaz de bajar a 1 Hz para ahorrar batería. La tecnología AMOLED junto con el sensor de huellas bajo la pantalla hacen que la experiencia sea impresionante.
Me ha recordado mucho lo que vimos en los Galaxy S25 y S25+, pero se queda un paso por detrás de la pantalla de su hermano mayor en un aspecto clave que no entendemos porque Samsung no ha introducido aquí la prestación invisible más llamativa del modelo Ultra, el tratamiento antirreflejos. Y quizás es lógico que no quiera utilizar en todos sus modelos pero hubiera sido un factor diferencial de este terminal que, no lo olvidemos, tiene un precio bastante elevado.

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Con todo esto, Samsung sigue mostrando que el tener una división de pantallas de primer nivel hace que sus móviles sean punteros en este apartado, incluso por encima de los de Apple en muchos aspectos. Además, ya se dejaron de lado los experimentos con bordes curvos en la pantalla, lo que hace de este móvil un objeto más fino, sí, peor también más cómodo de usar.
Cámaras muy decentes
El apartado fotográfico es una de las grandes apuestas de este móvil pese a su delgadez. Sí que ha habido que hacer algunos sacrificios como eliminar la lente teleobjetivo, porque es un tipo de cámara que necesita de ciertos grosor y Samsung no quería empañar la estética de este modelo, aumentando aún más el módulo de cámara, que es la parte más gruesa del dispositivo.

Samsung Galaxy S25 Edge El Androide Libre
Pese a todo, este móvil cuenta con la misma cámara principal del Samsung Galaxy S25 Ultra, un sensor de 200 Mpx que nos permite hacer fotos aceptablemente buenas con un zoom de recorte de dos aumentos e incluso un poco más utilizando la gran resolución de esta cámara. Además, cuenta con una segunda cámara, un Ultra gran angular que, en este caso, no es igual que el de su hermano mayor, pero sí que el de sus dos hermanos menores, con 12 Mpx.
La calidad de las fotografías de este móvil está a medio camino entre las que podemos obtener con los S25 y S25+ y las que obtenemos con el S25 Ultra. En cuanto a veracidad, velocidad de disparo, o resultado final en las fotografías con la cámara frontal o la cámara principal tenemos resultados similares a los del S25 Ultra. El gran angular, como imagináis, nos deja unas fotos bastante pasables, pero más parecidas a las de los modelos más baratos de esta familia.
Es una cámara que servirá para aquellas personas que quieren hacer buenas fotos, pero no están metidas dentro de la fotografía ni siquiera a un nivel de aficionado, como para que esto sea prioritario por encima del diseño o del peso. Con todo, el precio que tiene este modelo, no nos da la sensación de que el apartado fotográfico se quede corto.
¿Y el silicio carbono?
En el apartado de batería Samsung sigue siendo extremadamente conservadora. Este modelo tiene una pila de 3.900 mA, una cifra muy baja para los estándares de 2025. El rendimiento es capaz de ser lo suficientemente bueno como para llegar al final del día, aunque hay ocasiones en las que no es así, sobre todo si hemos estado haciendo muchas fotos y vídeos en exteriores usando la pantalla con el brillo al máximo.

Samsung Galaxy S25 Edge El Androide Libre
Nos ha extrañado que la compañía coreana no haya optado por utilizar una batería de silicio carbono, como empieza a ser común en otros fabricantes. Esta tecnología permite hacer baterías más finas, pero a la vez más densas, con lo que no se penaliza la autonomía final. Por otra parte, este móvil tiene una carga rápida de 25 W, inferior que el modelo Ultra y que los últimos Galaxy de la empresa. Al menos sí que mantiene la carga inalámbrica de 15 W.
One UI 7 sigue brillando
Aunque Samsung tiene en desarrollo ya One UI 8 con Android 16 este móvil ha salido con la última versión estable, que es One UI 7 con Android 15. Será de los primeros en actualizar, sobre todo teniendo en cuenta que tiene siete años de actualizaciones mayores del sistema, además de los siete años de actualizaciones de parches de seguridad que la empresa da a todos sus modelos de gama alta.

Samsung Galaxy S25 Edge y S25 Ultra El Androide Libre
El día a día es igual que en el resto de modelos de la empresa, con una personalización extrema, un montón de herramientas de inteligencia artificial, muy útiles, otras que no lo son tanto, pero que tampoco molestan, y, sobre todo, una fiabilidad a prueba de bombas. Tiene entre manos una de las interfaces más afinadas de Android, y esto es algo que se agradece.
¿Me lo compro?
El Samsung Galaxy S25 Edge se parece bastante más al Samsung Galaxy S25 Ultra de lo que podríamos pensar. Sobre todo porque no es una recomendación de compra instantánea. Al igual que no he recomendado a todo el mundo el modelo más potente y caro de la empresa tampoco recomendaría este a cualquier persona.

Samsung Galaxy S25 Edge El Androide Libre
Sin embargo, sí que lo recomendaría a aquellos que quieren un dispositivo ligero y que llame la atención, que buscan en su dispositivo móvil, lo mismo que pueden buscar en sus gafas de sol o en su bolso, un elemento de estatus que además de funcionar proyecte cierta imagen. Esto es algo que seguramente a muchas personas les da igual, pero por eso Samsung tiene otros modelos dentro de la misma familia.
Parece claro que la estrategia de Samsung pasa por hacer que este tipo de modelos se convierta en el paso intermedio entre el Galaxy S más económico y el Galaxy S más potente. Es lo que podría pasar en 2026, con el S26 Edge siendo el sustituto de facto del S26+, que no vería la luz.