El viticultor François Lurton tiene bodegas repartidas por diferentes rincones del mundo, incluida España.

El viticultor François Lurton tiene bodegas repartidas por diferentes rincones del mundo, incluida España.

Actualidad gastronómica

François Lurton, uno de los bodegueros más importantes de Francia: "Nosotros enseñamos el verdejo al mundo"

Cuarta generación de viticultores en Burdeos, su familia es la segunda más popular de Francia, pero él ha construido su propio imperio en denominaciones de origen como la española Rueda, donde lleva trabajando desde 1991.

Más información: La Place de Bordeaux, el mercado del vino más importante del mundo

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Cuando el verdejo aparece en cartas de vino en Nueva York, Londres o Tokio, pocos recuerdan que, hace solo tres décadas, era una uva confinada a su comarca. Y si hay un brindis que hacer, entre algún otro, estaría el nombre de François Lurton.

Nada más pronunciar una palabra de español, su acento le delata, pero su semblante y elegancia -lejos de parecer una persona que se ha criado entre viñedos- también. Representa la cuarta generación de una saga que ha marcado la viticultura francesa.

Su familia produce vino en Burdeos desde 1897, poso que convertido en pasión ha llevado por el mundo dejando una huella indeleble, hasta Argentina, Chile y Australia, pasando también por tierras castellanas como las de Toro y Rueda.

La familia Lurton.

La familia Lurton.

Es en esta última denominación donde fue en gran parte líder de una revolución: la de los vinos blancos secos, trabajando e internacionalizando la uva verdejo, una variedad autóctona olvidada y denostada.

Así lo relata a Cocinillas EL ESPAÑOL, durante las 48 horas que duró la visita a esta pasada edición de Les Primeurs, de la mano del viticultor francés, por algunas de las catas más exclusivas de las bodegas de la región bordelesa donde los Lurton siguen siendo propietarios de cinco châteaux.

François Lurton en el Chateux Grand-Puy Ducasse.

François Lurton en el Chateux Grand-Puy Ducasse.

“Nosotros enseñamos el verdejo al mundo”, afirma sin rodeos Lurton, con una convicción construida sobre décadas de trabajo, inversión, viajes y riesgo. Y no exagera. Su papel en la internacionalización del vino blanco español, concretamente de esta uva autóctona de Castilla y León, es innegable.

En los 90 España era reconocida casi exclusivamente por sus tintos, él ayudó a cambiar el relato. "Junto a mi hermano Jacques, fundamos en 1988 nuestra empresa consultora" con la que recorrieron viñedos por el mundo, incluidos los de España.

François Lurton junto a su hermano Jaques en el Château La Louvière, en la región de Pessac Léognan.

François Lurton junto a su hermano Jaques en el Château La Louvière, en la región de Pessac Léognan.

En aquel entonces, el vino blanco en España era visto como un subproducto, y el verdejo se utilizaba mayoritariamente para vinos dulces, sin apenas presencia internacional: “El mercado de Rueda era ridículo. El blanco seco era casi inexistente, había sólo una bodega que lo hacía, Marqués de Riscal, y su producción se quedaba principalmente en España".

Pero la técnica francesa tras años de bagaje y sensibilidad por el terroir hicieron que su llegada trajera otra forma de trabajar: "Fermentación en barrica, selección de levaduras, control de temperaturas. Cosas que parecían extravagantes entonces”.

La colaboración con otros pioneros como Didier Belondrade resultó fundamental para demostrar el potencial del verdejo. "Mi prima -esposa por entonces de Didier- me preguntó por la elaboración de vino blanco", recuerda François sobre los orígenes de uno de los vinos blancos más prestigiosos de España.

"Le dijimos que el verdejo fermentado en barrica funciona muy bien y con ello surgió el proyecto Belondrade Lurton", vino a cuya producción estuvo vinculado durante una década, pero en la actualidad solo mantiene su apellido.

Simultáneamente, los hermanos Lurton fundaron su propia bodega en Villafranca de Duero, un punto estratégico por pertenecer tanto a la D.O. Rueda como a la D.O. Toro. “Empezamos con el sauvignon blanc, pero rápidamente vimos el potencial del verdejo y al principio éramos los únicos que lo exportábamos como blanco seco. Abrimos mercados en Estados Unidos, Canadá, Suecia, Finlandia…”.

El auge, el colapso y la reinvención

El éxito no tardó en llegar. Pero con el éxito vino también la competencia. Grandes nombres como Marqués de Riscal decidieron instalarse en Rueda para producir a gran escala y a precios muy bajos.

Pasé de vender casi dos millones de botellas a 300.000 en cuatro años. No podía competir con precios tan agresivos. Yo elaboraba vinos de calidad, fermentados en barrica, con vendimia manual, sin economías de escala. Ellos bajaron el precio a la mitad y arrasaron” manifiesta.

François Lurton tras una botella de su Hermanos Lurton Sin Sulfitos, 100% tempranillo.

François Lurton tras una botella de su Hermanos Lurton Sin Sulfitos, 100% tempranillo.

La presión del mercado obligó a Lurton a tomar una decisión difícil: vendió su bodega de Rueda al Grupo Torres. Pero no abandonó España. En su lugar, apostó por Toro, una región entonces menos desarrollada pero con un enorme potencial cualitativo de la que ha obtenido grandes vinos.

Junto con el famoso enólogo Michel Rolland, en 1992 François Lurton creó Campo Elíseo, una bodega que elabora vinos en estas dos denominaciones de origen de Castilla y León.

Allí, en sus viñedos de La Seca (D.O. Rueda), volvieron a apostar por lo que mejor saben hacer: vino blanco de alta gama: "He comprado la casa del alcalde, que tenía una cava subterránea, donde hacemos vinos bajo tierra", cuenta sobre esta nueva etapa de la que han nacido blancos como el sauvignon blanc Harmonia 2022(182€).

Campo Elíseo Harmonía Sauvignon Blanc, 100% sauvignon blanc.

Campo Elíseo Harmonía Sauvignon Blanc, 100% sauvignon blanc.

“El vino blanco bien hecho no es fácil, requiere tecnología e inversión. Y eso es lo que hemos hecho en Campo Elíseo” sostiene Lurton, quien trabaja con un laboratorio de Pamplona para seleccionar levaduras propias, adaptadas a las temperaturas locales.

Pero antes también tinto (D.O. Toro) con viñedos en espaldera, una innovación para la zona: "Vimos que la problemática de Toro eran esos viejos viñedos en vaso que se queman en verano por falta de agua y la cogen de los racimos para sobrevivir, subiendo su azúcar y por tanto grados de alcohol".

"El sistema de espaldera no estuvo aceptado por la D.O. hasta hace cinco años", cuando el tinto Campo Elíseo Contracorriente Toro (21,80€), un 'Toro domado' cuyo viñedo ocupa siete hectáreas, finalmente entró.

Campo Elíseo Contracorriente Toro, 100% tinta de Toro.

Campo Elíseo Contracorriente Toro, 100% tinta de Toro.

Dentro de su catálogo de vinos, bajo la marca Hermanos Lurton elaboran otros blancos: un verdejo 100% (10€) y otro ensamblado con sauvignon blanc, "siempre desde una óptica de calidad superior, lejos del precio medio del mercado de 3 o 4 euros por botella".

Hermanos Lurton Verdejo, de Campo Eliseo, 100% verdejo.

Hermanos Lurton Verdejo, de Campo Eliseo, 100% verdejo.

Un hito vinícola y cultural

Con todo ello no solo elabora: educa y marca estilo, logrando algo que va más allá de cifras o etiquetas. Exportó una nueva forma de entender el vino blanco español. Y en ese viaje, transformó una región, una variedad y una industria.

A través de sus distribuidoras en Francia, Argentina, Suecia, EE. UU. y Canadá, Lurton sigue difundiendo ese mensaje: el del vino blanco español como producto noble. Aunque reconoce que el camino nunca ha sido fácil.

“Crear una bodega desde cero en cada país te lleva años. Costes, aduanas, distribución… son retos enormes. Pero por suerte siempre hemos encontrado personas que querían hacer cosas diferentes”.

Su historia es la de un emprendedor incansable, un viticultor apasionado y un embajador de lo auténtico. Una historia que demuestra que, en el mundo del vino, los verdaderos pioneros no solo embotellan sabores, sino también sueños, riesgos e identidad.