Ni Málaga ni Cádiz: el mejor pescaíto frito se come en esta capital, según ChatGPT

La búsqueda del mejor pescaíto frito en Andalucía conduce inevitablemente a Sevilla, ciudad donde este plato trasciende lo culinario para convertirse en un símbolo cultural.

Entre los numerosos locales, Freiduría Reina Victoria emerge como referente indiscutible, no solo por su excelencia técnica, sino por su capacidad para preservar la esencia de la fritura andaluza mientras adapta su oferta a las demandas contemporáneas.

Freiduría Reina Victoria: legado gallego-andaluz

Ubicada en el corazón de Triana (Calle Rodrigo de Triana, 51), este local fundado por inmigrantes gallegos en la década de 1980 fusiona la tradición marinera del norte con las técnicas sevillanas.

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Su éxito radica en la meticulosidad: el pescado se corta en porciones uniformes para una cocción homogénea, y se sirve en cucuruchos de papel estraza que absorben el exceso de aceite.

Las puntillitas (pequeños calamares) y las huevas de merluza son emblemáticas, con una fritura que preserva su jugosidad interior.

El exterior de Freiduría Reina Victoria.

Otros lugares donde comer buen pescaíto frito en Sevilla

Freiduría Puerta de la Carne

En el barrio de Santa Cruz, este establecimiento inaugurado en 1928 mantiene viva la tradición con recetas como el adobo de cazón, marinado en vinagre, ajo y pimentón durante 24 horas antes de su fritura.

El uso de sartenes de hierro fundido (en lugar de freidoras eléctricas) aporta un carácter artesanal, con sabores más profundos y texturas heterogéneas que los clientes asocian con 'la abuela sevillana'.

Alboreá

Situada en la calle San Jacinto, esta freiduría combina la tradición con innovaciones como la tortillita de camarones sin gluten, elaborada con harina de garbanzo.

Su terraza exterior, decorada con azulejos trianeros, atrae a un público más joven que valora la presentación cuidada y la opción de maridajes con vinos blancos de la región.

Más allá de Sevilla: la fritura en el contexto andaluz

Aunque Sevilla concentra los establecimientos más famosos, otras provincias andaluzas aportan variantes dignas de mención.

En Cádiz, las pescaítas fritas incluyen especies como el parrocha (salmonete) y el voraz, mientras que en Málaga el boquerón "victoriano" (limpiado en el momento) se sirve con limón recién exprimido.

No obstante, la técnica sevillana sigue siendo considerada la más depurada, gracias a la influencia histórica de la Escuela de Hostelería de Sevilla, que desde 1964 forma a freidores en el control de temperaturas y la selección de aceites.

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